Me habían advertido de este tipo de amor,
amor que duele y da placer al mismo tiempo,
amor que está y no está,
que se riega entre despedidas y ausencias,
entre suspiros y risas dispersas.
Me habían advertido de tu amor desafinado,
de los "te amo" ahogados de llanto,
de lo peligroso que era mirarte a los ojos,
de lo embriagante que era escuchar tu voz a la medianoche,
de lo doloroso que era encontrar eso de ti que nadie conoce.
Me lo dijeron mil veces,
me advirtieron de ti y tus embrujos,
me habían dicho que eras capaz de enamorar al poeta,
que podías enamorar lo mismo al rey que al profeta,
enamorabas al vago, al pastor, al soñador y al criminal,
y enamoraste a este pobre hombre que creía no podía amar.
Me lo dijeron mil veces,
no sólo lo dijeron sino que lo gritaron pero no quise escuchar,
me sentí invencible, un mago, escapista y rufián,
creía que podía correr más rápido de la trampa
pero era sólo un espejismo de mi optimismo que no quería abandonar.
Ahora estoy aquí frente a este dilema,
y es que amarte me hace más yo y menos humano,
pero cuando te vayas, estrella, ¿adónde voy a ir a parar?
Si hoy me extiendes tus manos y me levantas,
si hoy me das tus labios y sus palabras, ¿adónde caeré cuando te canses de estar?
Y es que dicen que te aburres rápido,
¿te aburrirás así de mí y mis ojos de enamorado?
¿Hasta cuándo decidirás que lo que te doy es suficiente?
Para amarte hay que ser valiente,
y no sólo valiente; hay que ser un poco torpe,
inmune al dolor y estar consciente de que,
pase lo que pase, aunque jures amor eterno en días de euforia,
un día te irás y dejarás sólo un "Cuídate" en una nota.
Mientras, me voy conformando con esto,
con un "Te amo" en medio de una discusión;
mientras, me alivio este amor con sabor a infinito,
con un "Te extraño" que no tiene solución;
mientras, me dejo querer a tu manera,
con un "Tonto" que me dice que me aguantas todo por amor.
Y me siento torpe y a la vez muy hombre,
me siento el rey de mi castillo de aire
y esclavo de las cadenas de oro que ataste a mi corazón.
Me siento rescatado como un perro maltratado,
un perro que nunca supo de tratos nobles y hoy sabe lo que es el amor.
Soy el pitbull, el perro bravo que hoy se sienta cuando se lo ordenas,
el que lame tus manos y viene corriendo a tus llamados,
soy el perro que se usaba para peleas pero hoy se acuesta en tu regazo,
y sueño con que no soy tu perro y soy tu amo,
y cuando despierto no me entristezco de ser sólo un soñador.
Porque es más placentero estar del otro lado de la correa,
mientras me dejes caminar a tu lado
y me digas "Buen chico" porque me he comportado,
mientras me dejes escuchar esa risa que sólo yo he escuchado,
y no importa que juegues conmigo por un rato,
mientras yo sea tu juguete preferido lo veo muy grato.
Tal vez a la próxima escuche las advertencias,
a lo mejor después de esto entiendo
que las mujeres como tú de a poco a uno se le van metiendo,
como un virus que no presenta síntomas hasta que ya es tarde,
que las mujeres como tú son mitad luna y ángel,
y la otra mitad son puro infierno que arde,
las mujeres como tú nunca se quedan;
eres un huracán que ahora está en mí y me destruyes y lo sé,
y después de ti tendré que hacer muchas reparaciones,
pero mientras, entre cigarros, madrugadas, cerveza y canciones,
me alegro de que me ame la que sólo sabía romper corazones.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario